lunes, 17 de marzo de 2014

CAMOTE POBLANO

 
El dulce que caracteriza a los poblanos es sin duda el Camote.

 
 

La raíz del tubérculo es la que aporta el sabor. En Puebla las cocinamos, con azúcar, esencia de limón o de naranja y un poco de agua hasta que se haga una pasta o puré. Su presentación es diferente a muchos dulces, ya que a la pasta una vez que la hicieron tubo se envuelve en un papel encerado, posteriormente se ponen en cajitas pequeñas para su venta. Al momento de su exhibición podemos ver las cajitas multicolores, llenas de camotes de diferentes sabores, listas para su degustación.

LA LEYENDA DEL CAMOTE
 
En la Puebla virreinal los conventos formaban parte activa de la sociedad; pero sobre todo en las grandes cocinas conventuales al convertirse en verdaderas fábricas dulceras.
Son tiempos en que las monjas deben ser dinámicas, creativas y por supuesto preparar grandes manjares; sobre todo si van a tener una visita importante o si serán las anfitrionas de una celebración.
En los conventos de Santa Clara, Santa Mónica, Santa Rosa y Santa Teresa, practicante se competía  en ingenio y dedicación para la creación de dulces.
 
La leyenda de la que surgió el camote tiene lugar en el Convento de Santa Clara en las inmediaciones del siglo XVIII.
"Una monja dejó un cazo con el fogón prendido, otra para jugarle una broma  puso en el cazo un camote y azúcar,  lo batió hasta que se hizo una masa repugnante. Al momento de probarla, las dos monjas descubrieron que tenía un sabor agradable y de esa manera poco a poco le fueron agregando sabores."
Actualmente los conventos dejaron de ser las fabricas dulceras, pero para continuar la tradición dulcera y gastronómica de Puebla, se instalaron muchas fábricas de dulces.
 
 


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